Nacionalismo Vasco: origen
Podemos
establecer el origen del nacionalismo vasco en el Carlismo. En su origen, el
carlismo fue un simple movimiento social de apoyo a Carlos de Borbón frente a
Isabel II en la lucha por el trono español en la década de 1830. Sin embargo,
se establecería como una doctrina que defendía el absolutismo frente a las corrientes liberales.
Este, en ningún momento pretendía la independencia de las regiones vascas, su
lema de hecho era: Dios, Patria y Rey.
Sin
embargo, la región vasca-navarra poseía ciertos fueros desde 1714 tras su
otorgamiento de la mano de Felipe V en los Decretos de Nueva Planta, como mero
agradecimiento por el apoyo de estas provincias del norte al borbón durante la
guerra de sucesión española (1701-1714).
Con el
fin de la primera guerra carlista (1836-1839), Isabel II reinaría en España,
pero en el Abrazo de Vergara, se les mantuvieron los fueros históricos a estas
provincias. Esto se dictaminó en la Ley de Confirmación de Fueros del 25 de
octubre de 1839.
Sin
embargo, más de treinta años más tarde, con la Restauración Borbónica. Saldría
adelante la Ley abolitoria de los fueros vascos del 21 de julio de 1876. Este
descontento provocó el sentimiento de unidad nacional contra el estado español.
A
partir de este momento, apareció la figura de Sabino Arana, el inventor del
independentismo vasco. Dada una serie de acontecimientos sufridos en las
provincias vascas. Seguiría el esquema bíblico de paraíso-caída-redención.
Este
unificó el rechazo al liberalismo, la xenofobia a los proletarios inmigrantes
que llegaban a las fábricas del norte a los que denominaban “maketos” y la insatisfacción por la
eliminación de los fueros y la recentralización política del país. Con todo ello,
consiguió este movimiento separatista. Su acta de nacimiento se puede
considerar su obra Bizcaya por su
independencia (1892).
En 1894
escribiría lo siguiente: “Si nos dieran a elegir entre una Bizkaia poblada de maketos que sólo
hablasen euskera y una Bizkaia poblada de bizkainos que sólo hablasen
castellano, escogeriamos sin dubitar esta segunda” (Errores Catalanistas).
Podemos apreciar como fomentó ese mensaje de odio ante una población cegada por
la ideología.
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Foto de Sabino Arana |
En 1895 creó el Partido Nacionalista Vasco (PNV), una organización
política destinada a promover la identidad cultural y política del País Vasco.
Entre sus aportes ideológicos, acuñó el lema “Jaun-Goikua eta Lagi-Zarra” (JEL),
que se traduce como "Dios y Ley Vieja", reflejando su visión de un
Estado fundamentado en el catolicismo y la tradición jurídica vasca.
Arana propuso la unificación de las provincias vascas situadas
tanto al norte como al sur de los Pirineos, buscando la formación de una entidad
política que defendiera los valores y derechos históricos de los vascos. Para
él, el Estado debía basarse en la unidad católica y racial, consolidando un
modelo profundamente ligado a la cultura y los valores tradicionales del pueblo
vasco. Su legado dejó una huella duradera en la política y la identidad vasca.
El nacionalismo vasco
evolucionó significativamente a lo largo del siglo XX, con episodios de
adoctrinamiento y represión en el contexto de conflictos políticos y sociales.
A finales del siglo XX surgió ETA (Euskadi Ta Askatasuna), una
organización armada que marcó un periodo de violencia en la historia reciente
del País Vasco, dejando más de 800 muertes y sembrando el terror en su lucha
por la independencia.
En la actualidad, el
panorama político del País Vasco incluye dos principales fuerzas nacionalistas:
Partido
Nacionalista Vasco (PNV): Fundado por Sabino
Arana, representa una corriente política de centro-derecha y es liderado
actualmente por figuras como Aitor Esteban. El PNV aboga por una
autonomía reforzada dentro de España.
EH Bildu: Esta coalición de izquierdas, creada en 2012, tiene como uno de sus
principales líderes a Arnaldo Otegi. Defiende posturas independentistas
y busca una transformación social y política desde una perspectiva progresista.
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